LA VERDADERA DESESPERACIÓN

Exilio interior.

Vivo para completar el ciclo

Y que no te confunda mi falsa sonrisa pues quizás detrás de cada una de ellas puedas encontrar, no solo bellas historias y dulces alegrías, si no también amargos momentos y antiguos recuerdos que harían sufrir hasta a la persona más aferrada a la vida e inundaría tu cabeza de tal forma que esta misma no podría asimilarlo en toda una vida, en toda tu vida, por mucha riqueza que poseas.

Porque yo sé lo que es ver sufrir de forma inefable a un desconocido, a un amigo, a un familiar, a una madre.
Porque soy consciente del dolor que ello sembraría en tantas y tantas bondadosas almas.
Porque no hay nada más eterno y bello que el amor sincero, por encima de todos los placeres que de su poder ellos obtienen.
Porque realmente son solo una minúscula parte esos que dificultan nuestro camino.
Porque siempre existe algo que te haga eternamente feliz.
Porque querer es un arte del que pocos disponen en su plena totalidad.
Porque las lágrimas ya no solo me sirven para sufrir si no también para escapar de la sociedad que me rodea y abrazar a los sentimientos más profundos.
Porque cortarme no solo marca límites en mi piel.
Porque no hay mayor objetivo en la vida que vivir.
Porque la frenopatía nunca ha ayudado en algo.
Porque la soledad no debe ser eterna.
Porque no hay mayor sabio que el que acepta la vida indiferentemente de como se le presenta.
Porque ya son tantos los buenos, dulces y no amargos momentos que ejercen continua presión en esta balanza, en el ligero brazo de la vida que hace que lo vea todo de tal forma...
Porque NO.