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Muchos vivos merecerían la muerte y algunos que mueren merecen la vida. No seas ligero a la hora de adolcar muerte o juicio, ni los sabios pueden discernir eses extremos. 312

lunes, 20 de junio de 2011

Renacimiento

"He vivido muchas cosas y creo que ahora sé lo que se necesita para ser feliz. Una vida tranquila y alejada en el campo, con la posibilidad de ser útil a otras personas con las que resulta fácil hacer el bien y que no están acostumbradas a que las ayuden. Quizá un trabajo que sea de algún provecho y luego descansar, la naturaleza, libros, música, el amor al projimo... esa es mi idea de la felicidad. Y para culminar todo lo anterior, que usted fuera mía y que tuvieramos hijos tal vez. ¿Qué más puede desear el corazón de un hombre?"

"La felicidad solo es real cuando se comparte."

domingo, 9 de enero de 2011

Desde la palabra al sentimiento

29-12-2010
Una y veinte de la mañana, ya es miércoles, pocas horas quedan de este año, pronto comenzará uno nuevo. Para muchos, un lapso de tiempo lleno de promesas y propósitos que creen poder cumplir; se acerca la navidad y todo el mundo se vuelve loco, todos con los regalos en la cabeza y con una sonrisa en la cara. Y aún añaden: Soy feliz. Esto es lo que se denomina, según el porcentaje más alto de la población: espíritu navideño.

Pasaron diez minutos desde que escribí lo anterior, estoy en cama, enfermo y la verdad, con pocas ganas de pensar pero, a pesar de mi mal humor, de mi boca solo ha salido una carcajada. No sé, podéis llamarme loco, ignorante, aburrido o lo que se os pase por la cabeza con tal de que quedeis como el que lleva la razón, pero para mi estas fiestas tienen el mismo espíritu navideño que vitalidad un muerto.
Sé que muchas familias viven la navidad con ilusión y para muchos es una razón para reunirse con la familia, pero, dejando esto a un lado, ¿qué es lo que hacemos realmente cuando se acercan estas fechas? Ponernos hasta arriba de grasa animal y turrón, beber vino y champán hasta hartarnos y entregar a los más pequeños (y a veces, no tan pequeños) regalos para comprar su felicidad durante unos días. Suena "precioso", ¿verdad? pues bien, ni más ni menos, esto es lo que hacemos a simple vista.
Y ahora, es cuando entro en profundidad con el tema que quiero tratar y voy dejando atrás la navidad. Para mi, el cariño y el afecto son sentimientos que no se demuestran con bienes materiales, es más, para mi esto daña directamente a la educación. Después, está esa motivación tan común entre los padres de: si apruebas todas, te regalamos lo que quieras. ¿Qué quieren crear con eso? No estoy diciendo que estudiar sea malo, ojo, es una formación cultural imprescindible (aunque en boca de muchos jóvenes salgan frases como: ¿que para qué sirven los libros? para que la mesa no cojee) pero, ¿Creéis que con estas motivaciones se va a conseguir algo más que un exclavo del consumismo? Yo no lo creo.

Casi las dos de la madrugada y sigo rodeado de folios, escribiendo muchas preguntas, intentando buscar una respuesta que resuelva todas mis dudas. Pasan los minutos, casi las dos y media y esa ansiada respuesta no aparece, hasta que por fin, algo brilla. No sé por qué, pero para mi sorpresa, a mi cabeza solo vino una palabra: Amor. Gran parte de mi vida fue arrastrada por odio, pesimismo y desprecio, siempre yendo por el mal camino, el camino más fácil, pero ahora comienzo a comprenderlo, empiezo a entender lo que siento por muchas personas.
Ahora lo veo todo más claro, mi dolor de cabeza perdura pero no mi mal humor, hasta me atrevo a decir que lo que hay dibujado en mi cara, es una sonrisa. Por fin mi mente fluye y vienen más palabras a mi cabeza y principalmente, tres palabras, una todavía un poco difusa. La amistad y la familia, dos de ellas, son conceptos que siempre tuve claros, aunque no siempre supe verlo y apoyarme en ellos de la manera correcta, es algo que nunca dejó de ayudarme, aunque sepa que veré la muerte de muchos de ellos, sé que lo último que quieren es que me venga abajo. Ahora, la tercera y más compleja, no sé como mencionarla exactamente para que suena de la manera más sincera posible pero digamos que es el amor que va más allá.

Son ya las tres de la mañana y sinceramente, hacía tiempo que no me sentía tan contento, sé que a veces me equivoqué de persona, pero esta vez no. Esta vez es diferente, es algo que me llena por dentro, es dejar de pensar tanto en uno mismo y preocuparse por esa persona, es hacer todo lo posible por no verla triste, resumiendo, es luchar por quien quieres. Algo puramente sentimental pero, esta vez no lo voy a manifestar fuera del margen de mis folios, es algo demasiado puro como para desvelarlo tan pronto, necesito tiempo y por supuesto, darle a esa persona la felicidad que se merece, ese es el único propósito que yo quiero cumplir.

Muchos no lo entienden, creen que el amor perfecto es un cuerpo perfecto y sin embargo, de esto he hablado durante todo el texto: la diferencia entre materia y alma. Llamarme lo que querais, me da igual, no voy a dar ninguna explicación y por supuesto, no voy a marear más al bolígrafo para discutir opiniones, solo sé, que después de esto, desde mi propia reflexión, me siento el joven más afortunado del mundo.

Sin más demora, ya que son casi las tres y media de la mañana y la fiebre no perdona, me despido y con un toque irónico: Feliz navidad y próspero año nuevo.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Amor distorsionado

Amor. Algo más que un sentimiento, para algunos una razón por la que vivir, para otros una forma de condenarse eternamente. Parece simple, una persona quiere a otra y ya está, sin embargo, es algo más complejo, para muchos, algo demasiado complejo. No hay frase ni fórmula que lo explique, ni siquiera puede expresarse completamente, sigue siendo algo más complejo. El amor reside en nuestro interior y sin duda, en nuestro interior nace. Primero, el amor a uno mismo, quizás el más importante aunque normalmente no se aprecie. Después, podemos comprender el significado del amor y aprender a transmitirlo más allá de nuestro interior.
Amar a alguien es algo más que sentirse atraido por un cuerpo, amar es crear un fuerte lazo con una persona y alimentarlo a base de cariño y dedicación, es querer a esa persona y ser correspondido. Después de todo, el amor es la base de cualquier mente, ya sea una pareja, un familiar o un amigo, TODO el mundo tiene a alguien a quien querer, alguien con quien poder desahogarse, alguien con quien compartir el tiempo del que dispone. Es más fácil definir emociones como la alegría o la tristeza, pero el amor está por encima, es un sentimiento que puede escoger lo que sentimos en nuestro interior. Cuando dos personas sienten el amor entre ellas y lo expresan de forma natural y sincera, no cabe duda de que la felicidad llamará a sus puertas. Pero no siempre todo sale bien. Quizás sea culpa mia, quizás no. Sentí ese amor del que os hablo, ese amor que resistiría cualquier obstáculo, cualquier habladuría tonta, ese amor que impulsaba los sentimientos más positivos y expulsaba a los más negativos, ese amor que ahuyentaba cualquier problema. Pero llegaron los problemas, algunos con nombres y apellidos, otros en forma de pensamiento y junto a ellos, la desconfianza, por ver ese amor dañado. El tiempo pasa y no arregla nada, solo aumentan las dudas y disminuye la esperanza, hasta que llegó el final. ¿Final? no quiero llamarlo así, no puedo llamarlo así, porque no ha acabado, quizás por el otro extremo, pero no por este. Miento si digo que me siento bien, pero eso ya da igual, estoy más que acostumbrado a sentir este odio hacia mi mismo. Porque si, después de todo, me siento culpable. Siento tanto esto que noto un gran vacío en mi interior, algo que ahora nada llena. Ahora la desconfianza reina en mi, no me permite sentir lo que sentía antes, no me permite ser feliz. Ojalá se pudiera reiniciar la memoria y pudiéramos empezar de nuevo, pero la memoria no falla y en ella permanecen esos recuerdos que hoy están estancados en un mar de dudas.
Quizás haya llegado a donde nunca había llegado antes, quizás sea cierto que ahora sí entiendo el amor, quizás sea tan sincero lo que siento que no puedo olvidarlo. Y me sobran razones para no olvidarlo, me has ayudado mucho, más de lo que crees, tengo mucho que agradecerte, gracias a ti he superado cosas que no veía posible, por eso ahora me resulta difícil no abrazarte, ahora que sé que no lo podré volver a hacer. Independientemente de lo que digan y digas, sé que esto que siento es cierto, sigues siendo alguien realmente importante para mi. Ahora no me importo, no me importa sufrir, no me importa lo que me pase, siento que lo único que me importa eres tú, que sonrías, que seas feliz, esta vez sin mi.
Pienso, pienso, pienso...cada vez me cuesta más y más dormir y no dejo de pensar en una solución a todo esto mientras estoy tendido en la cama, pero no la encuentro, me hundo, me fustro, me deprimo y de nuevo vienen las lágrimas, las lágrimas que escapan de la impotencia que siento dentro de mi, por haber escogido este final. Un final inadecuado, porque aunque mi cabeza insista en que es lo correcto, yo siento que no lo es, porque como ya he dicho, el amor es algo muy complejo, más complejo que la razón.

Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad - Gottfried Leibniz

Si has perdido la fe en todo, ten fe en esto, ten fe en nosotros.

"Igual que en las grandes historias, las que realmente importan, llenas de oscuridad y de constantes peligros, esas de las que no quieres saber el final, porque... ¿Cómo van a acabar bien? ¿Cómo volverá el mundo a ser lo que era después de tanta maldad como ha sufrido? Pero al final, todo es pasajero, como esta sombra, incluso la oscuridad se acaba para dar paso a un nuevo día y cuando el sol brilla, brilla más radiante aún. Esas son las historias que llenan el corazón, porque tienen mucho sentido, aún cuando eres demasiado pequeño para entenderlas. Pero creo que ya lo entiendo, ahora lo entiendo. Los protagonistas de esas historias se rendirían si quisieran...pero no lo hacen, siguen adelante, porque todos luchan por algo."

domingo, 11 de abril de 2010

Mi dolor más impuesto, con el que me acuesto.

Porque la naturaleza es bella, desde el más joven árbol hasta el bosque más frondoso, desde el más minúsculo grano de arena hasta la playa más extensa, desde la inmensidad de los océanos hasta la más dinimuta gota de agua, gotas que apagan hasta el fuego más devastador. Para encontrar el mejor lado de la locura, para ignorar toda ley y forma de gobierno que tantas cadenas portan, para olvidar mi otro yo por un momento, aunque solo sea un silencio en el continuo tormento en el que me encuentro, para detener la incesable tormenta que tantos placeres me priva, para encontrar la luz que siempre hay en las más oscuras pesadillas que me encierran y me conducen al destino que mi mente siempre dicta, para dejar atrás los tormentos más pesados, ligerando la carga que día tras día se hace más y más pesada. Fumar, inhalar el humo, permitir que entre por mi traquea y sentirlo en mis pulmones, saborear ese preciado sabor, expirar y dejar que el humo se lleve todos los males que hay en lo más profundo de mi mente, rodeado de fuertes muros y solo con una única salida; El camino hacia esa salida sé que puede hallarse con densas caladas y dejar que todo mal sea expulsado, si lo sé, ¿Por qué no me dejas en paz? ¿Por qué criticas sin conocer? ¿Por qué lo ves tan intolerable como para prohibirlo si es la salvación de muchos? Legalízala, aunque contamine mi cuerpo, sede mi mente y no elimine todo dolor, cura mi alma y no hay males más insostenibles e indomables como lo son las guerras, la pobreza, el racismo, la violencia, la avaricia por el poder... Resumiendo, la injusticia en el mundo. Son peores las ya incontables pesadillas que merma la luz de mi vida, de las que no consigo librarme. Pesadillas en las que mueren miles de inocentes a manos de la injusticia. Pesadillas en las que se libran grandes guerras que no traen nada más que tristeza, muerte y substituye los campos verdes por la pobre tierra sin vida. Pesadillas en las que miles de árboles son talados dejando un llano y extenso cementerio donde antes reinaba la naturaleza y ahora reina el hombre y sus grandes fábricas. Pesadillas donde los gobernadores de la raza humana deciden extinguir toda forma de vida que se oponga a su dictadura, que se niegue a dedicar su vida a la exclavitud, que se niegue a despedirse de la naturaleza y saludar a la servidumbre, que se acuerde de la libertad con la que contábamos desde los inicios de nuestra existencia. Pesadillas donde ya nada de lo que está a mi alrededor es natural, ni siquiera la amistad, el amor, la familia, donde el mal cubre al bien. Sin olvidar esa pesadilla, la que indaga en la llaga que tan profunda has hecho con el acto que tu mente tanto deseaba, con ese pensamiento que ahora gobierna en mi interior.
Ya son muchas las depresiones que me poseen, que me controlan, que toman el control en momentos de desesperación y sufrimiento, que me consumen lentamente, con el fin de extingir toda esperanza y hacerme ceder ante la frenopatía y la inestabilidad emocional. ¿Qué sabrás tú de depresiones? ¿Qué sabrás lo que es el verdadero dolor? ¿Qué sabrás tú lo que es sufrir? Ni te imaginas lo que es estar a punto de escoger la muerte, estar injustamente condenado a pensamientos suicidas, escoger la opción de olvidar el pasado instantaneamente, destruir el presente y no permitir que se presente el futuro, detener el tiempo sin después poder remediarlo, dejar el cuerpo vacío dispuesto a pudrirse hasta la total extinción y formar parte de la tierra aún fértil, conducir el alma a su fin permitiéndole cabalgar libremente por el interminable camino del olvido; Antes de que esto suceda es cuando, en milésimas de segundo, puedes ver las últimas imágenes que tu mente albergará en su interior, imágenes que no son más que los momentos más preciados que permanecían hasta ese momento en el recuerdo y las personas más admiradas y queridas, personas que crearon fuertes lazos contigo y crean las únicas cadenas que no condenan, las únicas cadenas que portan la total plenitud de la libertad, las cadenas que te sujetan constantemente a la vida y a la ilusión de no perderla.

Gracias a esas personas, sigo aquí.

domingo, 4 de abril de 2010

No me importa recordar lo que hace daño, sigo esperando, no sé porque os parece tan extraño

La misma situación, la misma sensación. No sabía ni que hacer para pensar en otra cosa. Desesperación, inseguridad...Estaba realmente aterrorizado. Él estaba tumbado en su sofá dejando pasar las horas. Poco a poco se acercaba la misma hora que hace un par de meses se convirtió en el motor de su ya iniciado tormento. Más que remordimientos y palabras rescatadas de su subconsciente, lo que sentía en ese instante era miedo. Si, miedo, miedo a que se vuelva a repetir ese día. Quizás gracias a su ausencia esto no pueda pasar, pero esta vez no era ella la que podría dramatizar esa tarde, no, esta vez no. ¿Y si volviese a pasar? ¿Cómo se sentiría? ¿Podría aumentar la profundidad de el pozo donde él se esconde? Quizás ocasionaría extinción total de cordura, quizás moriría de dolor, o amor, quien sabe lo que ocurriría, quien sabe lo que él podría llegar a hacer ese joven lleno de ira y dolor, el mismo que esconde toda depresión para simular ser una persona normal, para crear una falsa estabilidad. Pensó y pensó, lo cual empeoró la situación. La tensión aumenta, la consciencia desaparece y es en ese instante cuando el dolor y la locura vence y ansían llegar a su fin, cuando desean desgarrar su piel, destrozar sus muñecas, castigar su cuerpo. Pero a medida que las horas pasaban, él se daba cuenta de que eso no iba a ocurrir, que no se iba a ir, que son ya muchas las palabras que guarda para que ella las sienta de la misma forma que él, que a ella sí que la volvería a ver. En un arrebato de optimismo, alcanzó un bolígrafo, un papel con algún que otro garabato y anotó en un espacio en blanco la fórmula que usaba para sentirse mejor, para dejar atrás toda carga, para seguir adelante. Pocos meses después, el joven apareció tumbado en la cama, con sangre que fluía a través de sus muñecas llegando hasta el suelo. Los primeros que hallaron el cuerpo fueron, como era de esperar, los que convivían con él. Lo peor, sin duda, eran los gritos. Esos forzados gritos de desesperación, gritos de dolor incontrolable, gritos de rabia, gritos que esperaban una improbable respuesta porque él ya no estaba, ahora es cuando más se parece a ella, a él ya no le preocupaba nada, no más risas, no más llantos, no más alegría, no más dolor, no más tormento, no más vida, solo queda su recuerdo, el cual atormenta a las personas que antes lo rodeaban, incluso a ella. Sobre su pecho, había un papel manchado de sangre, pero aún se podía ver en él restos de tinta, probablemente la misma tinta con la que él escribiera hace meses su motivo para conservar su vida. Lo más sorprendente es lo que el joven siente cuando abre los ojos y despierta de su pesadilla. ¿Remordimientos por seguir vivo? No, alivio, también sorpresa ante esta sensación pero sobre todo alivio, alivio por seguir vivo y saber que ella también lo está, alivio al saber que ella sí podrá estar entre sus brazos una vez más, si, alivio, porque sus labios volverán a estar junto a los suyos, porque ella sí que volverá a sonreir, si, ella si, y él también.

jueves, 11 de marzo de 2010

LA VERDADERA DESESPERACIÓN

Exilio interior.