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Muchos vivos merecerían la muerte y algunos que mueren merecen la vida. No seas ligero a la hora de adolcar muerte o juicio, ni los sabios pueden discernir eses extremos. 312

lunes, 8 de febrero de 2010

Ante mi mente desnuda e inocente

No soy perfecto, pero quizás cuando tú estabas lo era.
Quizás echarte de menos se ha convertido en hábito.
Quizás el verbo querer se haya quedado atrás.
Quizás sea esa costumbre de tenerte cada día en mi cabeza.
Quizás esa compartida actitud revolucionaria captara mi atención y creara esos preciados y fuertes lazos entre esas dos jóvenes mentes.
Quizás esos buenos momentos juntos sean lo único que conservo de ti.
Quizás esa alegría por conocer a alguien tan similar a mi me ha hecho sentir tan satisfecho.
Quizás compartir muchos de los mejores momentos de mi vida contigo hace que seas inolvidable.
Y quizás esas escasas líneas que escribo a diario no son más que ahogos de un atormentado joven... pero aún reina la débil y escasa esperanza en mi de ver al menos una respuesta. Tan solo una maldita respuesta y comprobar que ha llegado a ti cada una de las palabras que te he escrito y escribiré, pues lo que más me duele es, sin duda, que te fueras sin saber lo que tú eras para mi.

Sé que mis lágrimas no valen de nada aunque es ahora cuando más abundan, pero es que ni te imaginas lo que provoca tu ausencia.

Jugamos a ser libres y me ganaste, pero con ello has roto mis sueños y me has privado la libertad de poder reconstruírlos y ahora sé, que no hay mayor deseo que comtemplar tu sonrisa. Ahora sé que los sueños pueden albergar algo más que simples sueños. Difícil de entender quizás, pero todos sabemos, o descubriremos una vez transcurra el tiempo suficiente, que la vida no es fácil.

Te quiero, te quiero, te quiero...no me cansaré de repetirlo, aunque ya no me escuches, aunque parte de ti ya no esté a mi alcance, aunque ya ni siquiera notes mi presencia, mi querida amiga, te quiero.


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