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Muchos vivos merecerían la muerte y algunos que mueren merecen la vida. No seas ligero a la hora de adolcar muerte o juicio, ni los sabios pueden discernir eses extremos. 312

domingo, 7 de febrero de 2010

Y es que cuando te sientes estancado con un problema, encontrar una solución, alivia

Las ideas del suicidio pueden empezar con una pérdida o un trauma muy fuerte. Algunas personas cuando experimentan por mucho tiempo soledad, gran cantidad de estrés, depresión, rabia y desesperanza, cuando sienten que después de luchar, de buscar, ensayar y sentir dolor, no hay ningún lugar a donde correr o nadie a quien acudir, se van aislando y el deseo profundo de esconder el dolor se hace presente.
A una herida le sigue otra herida. El presente se convierte en un dolor interminable y la persona va entrando como en un ensimismamiento, percibiendo menos y menos de su entorno. Viene la desesperanza, pierde el balance, entra en un presente amargo y en un futuro sin ilusión. La persona se va adormeciendo, eventualmente deja de buscar ayuda y entra en el "trance suicida", el suicidio se convierte en la única esperanza o solución para terminar con el dolor.
En este trance no hay esperanza, nadie puede ayudar, no hay sentido del humor, paciencia o perspectiva. El dolor es tan grande, que la única manera de sobrellevarlo o soportarlo, es no sintiéndolo. El sistema emocional, físico y mental, "se apagan", y la persona queda viviendo en un cuerpo vacío por dentro, como en un caparazón. En otras palabras, lo que pasa con el suicidio, es que el dolor es mayor que los recursos o herrramientas para manejarlo.

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