312

Muchos vivos merecerían la muerte y algunos que mueren merecen la vida. No seas ligero a la hora de adolcar muerte o juicio, ni los sabios pueden discernir eses extremos. 312

sábado, 2 de enero de 2010

312

Una brisa agradable, un sol radiante, los termómetros marcaban 28 grados, todo era perfecto en aquella terraza de aquel centro comercial y si algo no era perfecto en aquel caluroso día, ahora tu presencia lo hace. Junto a mi, un amigo del que podría escribir cientos de párrafos para explicar el aprecio que le tengo, pero esta vez no daré ni su nombre; y enfrente, estaba ella. Desde luego, nunca me olvidaré de aquel helado de sandía y huevo kinder, pero de lo que estoy totalmente seguro, es que de aquella tarde no me olvidaré jamás. Esa estupenda tarde, a mi sorpresa, se repitió. Esta vez no hacía 28 grados, ni siquiera la mitad; no tenía en ninguna de mis manos un helado; ni sol, ni brisa, ni siquiera era el mismo lugar...pero no me importaba, porque estabas tú. La sensación de verte después de haberlo deseado durante largas semanas, sin que te separaras ni un minuto de mi mente, sigue siendo aun ahora inexplicable. Con tu presencia, apareció mi alegría, mi optimismo y mi más sincera sonrisa, solamente por ti. Cuando grité tu nombre y torciste la vista hacia mi, sentí una felicidad en mi interior que mucha gente nunca podrá llegar ni a comprenderla. Pero lo mejor, el éxtasis de felicidad, fue ese abrazo, el mejor abrazo de mi vida, ahí entendí verdaderamente el significado de un abrazo, en ese mismo instante sabía lo que era querer a alguien y echarlo de menos. En ese instante todo me daba igual, solo me importabas tú. Pero pocos segundos después, vuelvo a la realidad y me despierto, me despierto en esa odiosa cama en la que tantas veces comienza un día más sin ti. Cuando abrí los ojos y ya no estabas entre mis brazos, el mundo se me vino abajo...el simple hecho de abrir los ojos transformó el más dulce sueño en la que, a partir de aquel día, fue y sigue siendo mi peor pesadilla. Un sueño mientras duermo pero una auténtica pesadilla al despertar. Un sueño en el que se encuentra TODO lo que yo ahora busco y que, por desgracia, aquí no puedo encontrar. El momento en el que vuelvo a la realidad, toda mi felicidad cae a medida que se abren mis ojos, mis llorosos ojos, llorosos ante la frustración de no poder verte de nuevo...me duele la verdad, me duele, más que cualquier otra cosa y todo lo que ansío es que se repita ese sueño y que se vuelva eterno, que nunca despierte de él, porque aquí no estás tú, porque tú formas ese sueño.

Pueden pasar horas, semanas, meses, años...todo el tiempo que sea, pero yo no te olvidaré. Si existiera una mínima posibilidad de volver a verte, creeme cuando digo que lo daría todo, incluso mi vida, porque mi vida sin ti carece de sentido.La tristeza me ahoga, todo se torció desde aquel día, aquel día lleno de esperanzas al comienzo, esperanzas que pronto se desvanecieron y acabaron en lágrimas y más lágrimas. Aquel día lleno de sentimientos, muchos nuevos para mi y que no olvidaré. Hay momentos de ese día que torturarán mi mente hasta mi muerte, nunca olvidaré esa saturación de miedo, pánico y malestar por ser consciente de lo que podría encontrar unos metros más adelante ante los gritos de alerta de los demás. Pero lo peor, fue cuando mis temores en eses segundos de inseguridad y duda, se transforman en hechos. Mi estado de shock, seguido de mi parálisis corporal, me enloquecía totalmente. Nada pasaba por mi mente, solo estaba el temor de no poder tomar ni siquiera un helado de nuevo contigo. Ya no había solución, tu cuerpo, sin vida, permanecía en el suelo ante llantos y desesperados gritos. Y tu vida se fue, pero no sola, porque mi felicidad se fue con ella y sé que no volverá, porque al despertarme de mi última pesadilla, me di cuenta de que mi mayor sueño, no se puede cumplir.

Te quiero.

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